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El asma en los niños

Asthma in Children

Información para los padres

por Steven E. Curtis, Universidad del estado de Utah

Revisado por Catherine A. Fiorello, Ph.D., NCSP, Universidad de Temple

Introducción

Cerca de tres millones de niños menores de 18 años padecen de asma, una enfermedad crónica caracterizada por la falta de respiración, jadeo, resuello y compresión en el pecho.  Los estudios hechos sobre el asma sugieren que el asma se está tornado aún más común y más severo.  El asma es la causa principal de la ausencia escolar ocasionada por una enfermedad crónica.  El niño promedio pierde cerca de 7% del tiempo de clases debido a esta enfermedad.  Los niños son más propensos que los adultos a padecer de asma.  Ya a los tres años de edad, la mayoría de los niños que padecen de asma han sido diagnosticados.  Por razones que aún son desconocidas, los afroamericanos son tres veces más propensos a padecer de asma que los euroamericanos.  Además, el asma tiende a ser más grave en ellos.  El asma puede requerir el uso constante de medicamentos, visitas repetidas a salas de emergencias, hospitalización y ocasionalmente causar la muerte.  El asma puede afectar negativamente el rendimiento académico del niño, sus interacciones sociales, la autoestima y el ajuste psicológico.  Un tratamiento eficaz requiere intervención médica, educación al paciente y a su familia, y destrezas para ayudar al niño a controlar la enfermedad.  Los maestros pueden proveer un ambiente apropiado y reforzar las destrezas del niño para ayudarlo a tener éxito y ser feliz en la escuela.

Características del asma

El asma es una condición respiratoria crónica que resulta en una enfermedad reactiva de las vías respiratorias;  puede iniciarse debido a varios factores de salud y del ambiente.  Esto ocurre cuando las vías respiratorias que conducen el aire hacia dentro y hacia fuera de los pulmones se contraen o se tapan.  Estas vías se vuelven estrechas cuando los músculos alrededor de ellas sufren espasmos a consecuencia de una reacción alérgica (espasmo bronquial), o cuando la membrana mucosa que cubre las vías respiratorias se inflama o se hincha.  La obstrucción de las vías respiratorias por el asma puede ser reversible total o parcialmente, espontáneamente o con tratamiento.  Es intermitente; los ataques no se presentan regularmente.  Los niños pueden sufrir ataques durante todo el año o durante ciertas estaciones.  La severidad del asma también varía de niño en niño.  Los ataques específicos pueden ser desde un episodio leve, que se manifiesta sólo con el pecho apretado o un resuello leve, hasta el “status asthmaticus”, asma que empeora gradualmente.  Estas características–reversibilidad, intermitencia y variabilidad distinguen el asma de otras enfermedades respiratorias.

Causas del asma:  El asma es causada por una extrema sensitividad de las vías respiratorias.  El asma tiende a ser hereditario, pero factores generales de salud y ambientales tienden a iniciar la reacción asmática.  La frecuencia y severidad del asma puede variar dependiendo del género del niño, raza y nivel socioeconómico de la familia.  Los niños tienden a padecer más de asma que las niñas.  Los niños que viven en la pobreza, especialmente los afroamericanos, tienen una mayor probabilidad de desarrollar asma y desarrollar cuadros graves que requieran hospitalización.  Los ataques asmáticos ocurren cuando el niño es expuesto a ciertos “factores que lo activan”.   Para algunos niños, las reacciones emocionales como llorar pueden activar un ataque, aunque el asma no es causado por una condición emocional o psicológica.     

Factores que activan comunes de un ataque asmático:  Los factores que activan un ataque más comunes incluyen alergenos (polvo, polen, hongos, pelo o plumas de animales o ciertos alimentos), irritantes (humo de cigarrillo, contaminación o aire frío), medicamentos (aspirina), ejercicio o esfuerzo excesivo, infecciones respiratorias, reacciones emocionales (reírse o llorar mucho) y ciertos lugares o ambientes.  Los factores que activan el asma varían de niño en niño y son usualmente identificados por los médicos, quienes hacen una historia médica y pruebas en la piel.  En algunos niños, los factores que activan el asma en forma consistente son difíciles de identificar.

Mecanismos de un ataque de asma:  El ataque de asma ocurre cuando hay bloqueo en las vías respiratorias.  Ser expuesto a factores que activan el asma causa que los músculos que rodean estas vías se contraigan (constricción bronquial), resultando en vías respiratorias más estrechas y menos circulación del aire.  En casos más severos, las vías respiratorias también producen un exceso de mucosidad que las bloquean aún más.  El resuello asmático es el sonido del aire pasando laboriosamente por la mucosidad en las vías respiratorias estrechas.  Muchas veces este sonido se puede oír a la distancia.  Un ataque asmático debe recibir atención médica inmediata.  Recuerde que la experiencia podría ser muy aterradora, especialmente para un niño pequeño.

Síntomas de un ataque de asma:  Algunos de los síntomas pueden incluir resuellos, pecho comprimido, respiración entrecortada, tos, dolores en el pecho, hombros encorvados, sudor en la cara y un aspecto de incomodidad.  Durante un ataque, varios o todos de estos síntomas pueden estar presentes a la vez.

Tratamiento

Tratamiento médico para el asma:  El tratamiento consiste en esfuerzos para prevenir y reducir los ataques y responder a éstos cuando ocurran.  Los medicamentos anti inflamatorios, como corticoides, cromoglicato sódico o medicamentos anti inflamatorios sin esteroides, se utilizan para prevenir los ataques.  Los dilatadores bronquiales (beta agonistas, metilxantinas y anticolinérgicos) se utilizan durante los ataques agudos para abrir las vía respiratorias rápidamente, usualmente a través de un inhalador o un nebulizador.  Los nebulizadores son más difíciles de utilizar y requieren ayuda de un adulto.  Se pueden utilizar también antihistamínicos para controlar reacciones alérgicas comunes en los niños que padecen de asma, pero por lo general éstos no ayudan a controlar el asma.  Los medicamentos para el asma también tienen efectos secundarios que afectan el comportamiento de los niños.  Los efectos secundarios que deben observarse incluyen dificultades con la memoria, somnolencia, ansiedad, depresión y temblores.

Prevenir ataques:  La prevención de los ataques incluye identificar y evitar los factores que activan el asma conocidos, reconocer los primeros síntomas de un ataque para prevenir ataques más graves.  A los niños se les puede enseñar a reconocer los síntomas de aviso de un episodio de asma, tales como tos, pecho comprimido o fastidio en la garganta.  A ellos también se les puede enseñar a utilizar un espirómetro de flujo máximo para medir el nivel de la obstrucción en las vías respiratorias y predecir un ataque de asma, antes de que los síntomas aparezcan.  También se les puede enseñar a evadir los factores conocidos que activan el asma.  Es muy importante que el niño tenga destrezas para ayudarse a sí mismo y pueda sentir que tiene control.  Por esta razón, es crítico fomentar el sentido de responsabilidad de su niño.  Ponga énfasis al hecho de que el asma es una condición que puede ser tratada y controlada eficazmente.

Controlar los ataques asmáticos:  Controlar los ataques incluye estos pasos:  relajarse, tomar líquidos tibios y utilizar los medicamentos prescritos.  Cuando se manifiesten las primeras señales de un ataque, el niño debe suspender toda actividad, sentarse y descansar por lo menos 10 minutos.  Durante este período es recomendable que el niño practique alguna técnica de relajación.  El niño debe tomar lentamente líquidos tibios para que lo ayuden a relajar las vías respiratorias.  Los medicamentos deben tomarse según se indiquen.  Si estos procedimientos le brindan poco o ningún alivio, los padres deben ponerse en contacto con su médico.  Si el niño experimenta dificultades respiratorias continuas o dificultades al hablar, se debe buscar ayuda médica inmediatamente.

¿Qué puedo hacer como padre?

Muchos niños padecen de asma sin saberlo.  El asma puede ser tratado luego de ser diagnosticado por un médico.  Si usted ha observado síntomas del asma en su niño, comuníquese con su médico. 

Si a su niño le han diagnosticado el asma, asegúrese de que el maestro sepa lo siguiente: las recomendaciones del médico, el tipo y frecuencia del medicamento, posibles efectos secundarios del medicamento, señales de ataques, uso del espirómetro, factores específicos que activan el asma que se deben evitar, comportamiento esperado del niño durante un ataque de asma, estrategias específicas que se deben utilizar para prevenir y manejar ataques y procedimiento a seguir en caso de que sea necesaria una intervención médica.

Si usted cree que el asma de su niño está afectando su rendimiento académico (debido a la enfermedad, efectos secundarios de las medicinas, ausencias excesivas), se le debe derivar o referir al psicólogo escolar.  Los niños con asma pueden ser elegibles para servicios especiales de educación por su condición de salud.  Además, el psicólogo escolar puede sugerirle intervenciones directas (enseñándole técnicas de relajación, por ejemplo) que ayudarán a disminuir los efectos de la enfermedad. 

El objetivo de la intervención en los casos de asma es enseñarle al niño estrategias para controlar esta condición por sí mismo.  Tal vez usted necesite observar de cerca y recordarle al niño lo que debe hacer, si es necesario, mientras expresa una actitud positiva y de apoyo.  Ponga atención particular a las horas prescritas para las medicinas recetadas, señales de ataques, uso del espirómetro, activadores y procedimientos para controlar los ataques.  A los niños pequeños también se les puede enseñar a tomar un papel activo en el control de su asma.

Usted debe estar alerta a los posibles efectos secundarios de los medicamentos.  Algunos de los efectos secundarios pueden incluir dificultades de memoria, somnolencia, ansiedad, depresión y temblores.  Si usted observa estos efectos secundarios, debe ponerse en contacto con el médico de su niño.

Si el niño tiene ataques de asma cada vez que hace ejercicios, tiene que seguir las indicaciones del médico antes de hacerlos.  El niño con asma no debe evitar el ejercicio; más bien, el niño debe hacer ejercicio regularmente y tomar los medicamentos recetados para prevenir un ataque.

Si ocurre un ataque, siga los procedimientos generales mencionados anteriormente o los recomendados por su médico.  Cuando la condición del niño haya mejorado después del ataque, puede volver a sus actividades normales.

Cuándo llamar al médico:  Si usted tiene dudas sobre la severidad de un ataque, llame a su médico.  También debe llamar al médico si el ataque no mejora después de la intervención, si las uñas o labios del niño se empiezan a poner azules, o si el niño respira superficialmente. ¡Tal vez necesite cuidado médico inmediato!

Traducido y adaptado de A. Canter & S. Carroll, (Eds.), Helping Children at Home and School: Handouts From Your School Psychologist. (1998). Bethesda, MD: NASP, pp. 361-364.

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